Se abre aquí y ahora un ricón del pensamiento, de discreta y austera decoración. En este espacio iré mostrando reflexiones, estudios y traducciones que día tras día rondan por mi mente y van cobrando forma, sin pedir permiso. La música, la interpretación, la educación conviven y confluyen en una especie de danza cambiante. Según el ánimo, la temática, la hora del día, el color de la luz o de su ausencia, la danza se transmuta y obliga a quienes de ella participan improvisar un minué, rodar una giga o dibujar un tamuré...
Todo es válido si tiene un valor o, por el contrario, adquiere valor cuando es aceptado como válido. Pero en este mundo omnívoro en que vivimos la realidad tiende forzosamente a hacerse comestible, sin importarnos su valor nutricional o digestivo vamos haciendo del "probar" el fundamento principal de la experiencia... Alguien me dijo una vez que la tolerancia, expresada en algunos ámbitos de la existencia, esconde en realidad una profunda falta de criterio. Que cuando cualquier forma de abordar un problema se acepta como válida es porque en realidad se desconoce su solución verdadera...
Yo no lo creo así y, además, nuestro mundo exige a voces que el criterio sea múltiple y variado, enriquecedor, desconfiado del yugo que a veces trae lo "verdadero" escondido en su bolsillo.
Bienvenidos pues a este cruce de caminos. Espero sea fonda para el que aquí se detenga y aporte su atención o su juicio, seguro y confiado, como si estuviera en casa, su casa, una simple casa al fin, la de todos.
Gracias por un blog tan interesante y apasionante, juntar la música y la educación en una pagina de Internet no suele ser habitual, deseo que esta aventura sea longeva y enriquecedora para todos.
ResponderEliminarHa sido gratificante compartir estas lineas. Música y pedagogia son una pareja que teniemdo muchas coses que compartir acaban por tener caminos diferentes.
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